La crisis sanitaria de la COVID-19 ha reexaminado profundamente las formas de moverse. Con el fin de satisfacer la creciente demanda, los territorios han llevado a cabo numerosas instalaciones ciclistas temporales correspondientes a la dinámica de reducción del lugar del automóvil en el espacio público en beneficio de bicicletas y peatones. Con el fin de invitar a los habitantes de la metrópoli a continuar el cambio en sus modos de viaje, la metrópoli ha establecido, en consulta con las asociaciones ciclistas y los municipios del territorio, un «Plan de Bicicleta Transicional» a la salida del primer confinamiento en mayo de 2020. Se dio prioridad a la realización de rutas ciclistas transitorias, en particular: — a lo largo de las rutas más frecuentadas por ciclistas — identificadas en el Plan Vélo métropolitain; — servicio de comercios, centro de la ciudad, zonas de actividad; — en paralelo con el eje de transporte pesado/tranvía.