La industria alimentaria, percibida como tradicional, es de hecho un motor desafiante para la innovación y el crecimiento en la actualidad. String unifica a las regiones que comparten la ambición de mejorar la capacidad de innovación de sus agrupaciones alimentarias, permitiéndoles satisfacer las necesidades cada vez más diversificadas y la creciente demanda de mayores cantidades de alimentos. Estas agrupaciones a menudo se ven obstaculizadas en su desarrollo y, por lo tanto, no apoyan eficazmente el ecosistema de innovación y obstaculizan el acceso de los socios a nuevos mercados. Los cuellos de botella compartidos de los ecosistemas de innovación agroalimentaria, a menudo arraigados en el mal funcionamiento de los instrumentos políticos, instan a los socios a trabajar en soluciones adaptables a contextos regionales específicos. Todas las regiones de STRING han sido reconocidas por sus tradiciones de producción de alimentos y por su potencial de innovación. Todos ellos se dedican a la innovación y la producción de alimentos en diferentes roles. El objetivo general de los socios, independientemente de su nivel de desarrollo y de la solidez de la cohesión en sus sectores alimentarios regionales, es mejorar el rendimiento y la eficiencia en la aplicación de las políticas y programas de desarrollo relacionados con la I+D+i de los alimentos y la agrupación para promover las cadenas de valor de la innovación para el sector. Al profundizar la integración de los clústeres y crear más valor añadido, contribuyendo al crecimiento inteligente, cada región alcanzará esta ambición. String promueve el aprendizaje interregional intensivo, el intercambio de conocimientos y la cooperación duradera entre grupos. Como resultado de STRING el rendimiento y la aplicación de los instrumentos políticos financiados por el FEDER relacionados con la innovación agroalimentaria y con la agrupación vertical, triple hélice, ambos respaldados por una mayor participación de las pymes, se mejoran. La cooperación intra e intergrupos se profundiza al servicio del buen funcionamiento de las cadenas de valor de la innovación alimentaria en las siete regiones asociadas y en toda la UE. Las estrategias para crear valor añadido se adoptan y se aplican con éxito también a través de proyectos de innovación alimentaria nacidos en la interfaz de coworking entre los sectores económicos.
