El estudio previo pondrá de relieve la necesidad de combustibles renovables, la infraestructura que debe crearse, así como las consecuencias logísticas y económicas. El estudio de viabilidad identificará a los operadores del sector del transporte, por un lado, los que utilizan combustible, los que pueden poseer o operar estaciones de repostaje y los proveedores de combustible que son posibles en la región. Esto es algo que se necesita para poder convertirlo a combustible renovable.